La oftalmología pediátrica se ocupa de la detección, estudio, diagnóstico, valoración, tratamiento y seguimiento de los problemas oculares en los bebés niños y adolescentes.
A pesar de contar con todas las estructuras oculares completas, el ser humano cuando nace no tiene un sistema visual plenamente desarrollado y maduro. La capacidad visual se irá adquiriendo y perfeccionando a medida que la corteza cerebral recibe los estímulos apropiados y más o menos simétricos de ambos ojos durante los primeros años de vida.
La agudeza visual va mejorando desde el nacimiento y a los 3 años solo es de, aproximadamente, un 50%. El 100% se alcanzará, más o menos, a los 5 años. Por esta razón, los primeros años de vida, hasta los 7 u 8 años, son cruciales para lograr un correcto desarrollo visual (posteriormente es mucho más difícil conseguir un adecuado desarrollo visual, dado que la plasticidad visual disminuye). Durante este periodo de la vida es fundamental detectar aquellas anomalías que puedan impedir un desarrollo visual normal ya que, si no se detectaran a tiempo, podrían provocar secuelas irreversibles para toda la vida. Para diagnosticar estos problemas oftalmológicos en los niños es necesario que los padres sean conscientes de la necesidad de realizar una serie de revisiones con su médico especializado en oftalmología pediátrica.
Principales problemas visuales infantiles
Los principales problemas visuales que suelen diagnosticar los oftalmólogos pediátricos son:
- Defectos de la refracción (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo). No se pueden prevenir, pero es importante detectarlos precozmente ya que pueden provocar otras alteraciones oftalmológicas adicionales, como el ojo vago.
- Ambliopía u ojo vago.
- Estrabismo infantil
- Nistagmus
- Otros problemas visuales infantiles: patologías del recién nacido (glaucoma congénito, obstrucción del lagrimal, cataratas congénitas o retinopatía del prematuro), conjuntivitis, ojo rojo…